El día fue normal, sin altibajos,
no preste atención a los detalles,
me levante, jugué con él,
leí unas cuantas páginas de un libro,
pelee y me reconcilie, comí,
y finalmente fui a la cama,
en esos momentos pensé,
el ya duerme solo en su cuarto,
cumplirá 4 años en unos meses,
se esta esfumando una de las etapas
mas inocentes de su vida y la mas feliz de la mía...
entonces una lagrima rodó por mi rostro antes de dormir,
ese día en especial el me dijo muchas veces,
"quiero estar contigo papito",
y así fue, lo disfrute como nunca,
pero sin percatarme que esos momentos,
son para siempre y pasan,
esa noche pensé que esos instantes quedan ahí,
pasan y no vuelven más,
la vida no da tregua,
y hay que disfrutar cada segundo,
cada respiro es un infinito que no regresa,
cada respiro es un grano de arena,
cada respiro... es el.