Me gustan las fiestas,
disfrutar, emborracharme, celebrar,
pero aborrezco las bodas,
a mi parecer son una contradicción.
La ultima boda a la que fui,
el novio se veía feliz,
la novia se veía más feliz,
en eso poco hay que decir,
la gran mayoría llega a ese momento así,
lo curioso es cuando estudié a los invitados,
la mayoría, eran otras parejas,
que ya pasaron por lo mismo,
esa noche me enfoque en él para qué?,
y no tanto en el debate del por qué?,
podía ver a un tipo con dos hijos,
emocionado cuando veía a la esposa de otro tipo,
que llegaba amargado, quizá,
por las mismas peleas, aburrido del mismo trasero,
vi también como a esa mujer,
no le era indiferente el coqueteo,
cruzaron sus miradas muchas veces,
pensé que eran unos putos engendros,
pero poco a poco descubrí,
que todo era una cadena,
la mayoría estaban haciendo lo mismo;
Descubrí que los novios, los felices esposos,
el amor en su máxima expresión!
estaban rodeados de infelices,
de personas que no estaban ahí para revivir,
si no que ansiosas de olvidar,
me pareció un acto asqueroso,
en ese momento cerveza en mano,
me descubrí en la más vil antítesis del amor.
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