lunes, 12 de enero de 2015

El infierno de al lado



Me despertaron unos gritos y unos golpes como de cosas tiradas a la pared,
-qué demonios- pensé? -con esta resaca ha de ser mi alma la que no me deja dormir- abrí los ojos me levante tambaleando vi el reloj,
-las 3 de la mañana, tengo 45 minutos de haberme acostado que pasara?-
fui por agua bebí a grandes tragos, y en el fondo se escuchaba con vos chillante y explosiva.... 
-maldito pendejo, poco hombre, sos la mas inmunda rata que he conocido... desgraciado maldito, poco hombre...- 
recuerdo pensar que la mujer no era muy inteligente, porque repetía nuevamente los mismos insultos, una mujer que repite los insultos una y otra vez en pequeños intervalos de tiempo no es para nada creativa, yo conocí una mujer creativa, Marlene, esa mujer nunca me repitió un insulto, era una maldita loca ofensiva... exquisita- pero regresemos con mis vecinos...
-me voy a divorciar de vos, eso haré marica, mire hijo, su papá es un maldito cobarde, no puede ser cabeza de hogar, es un desgraciado...- 
recordé haber visto a un niño de alrededor de 12 años con ellos, un niño retraído que no levantaba la mirada, no soy muy sociable con las personas, menos con los vecinos, y mucho menos con la madre del niño la cual tenía una mirada dura que denotaba odio por los demás, por todo, al parecer, pero en fin, era su problema... 
-te voy a dejar, que te crees, me has arruinado la vida...  hijo! su padre es un cobarde, un maricón drogadicto, eso ha de ser un drogadicto, maldito alcohólico drogadicto...-
abrí entonces una lata de cerveza y me senté junto a la pared...
-ese cabrón es un dios- pensé- se ha tragado mas insultos que yo en toda mi vida, y lo peor frente a su hijo-
al parecer entre la pelea el hijo quería ir a algún lugar, al baño o a su cuarto, no sé, pero la mujer le dijo: 
-no te movas, quédate ahí parado, y no te movas,-
 -si mami- le contesto... 
hubo unos segundos de silencio, recordé una pelea de mis padres, donde mi madre me dijo anda a tu cuarto, y eso hice, quizá fue lo mejor... 
-hey mierda!,- comenzó de nuevo- mira a tu papá, hijo! es un mierda, actúa como mierda, no vales nada maldito pendejo...-
- hey puta!- contesto el marido,- deberías de callarte, te estás pasando-
-puta! tu madre desgraciado-
entonces se escucharon unos paso rápidos, -que te pasa maricón- grito la mujer con temor,
-si no te callás te voy a botar los dientes- 
-voy a llamar a la policía maldito cobarde, deberías morirte!- grito la mujer,
se escuchaba la respiración acelerada del niño, entonces decidí que como se estaban poniendo las cosas lo mejor que podía hacer era encender la luz y hacer como que estaba despierto, quizá eso detendría la pelea, al ver que los vecinos estábamos escuchando todo, aunque en realidad no era primera vez que algo así pasaba entre ellos, pero por la alta hora de la noche todo se escuchaba a la perfección, luego de esa amenaza de ambos, todo quedo en silencio, se escucho una puerta que era golpeada y nada más, fume un cigarro y me dormí.
al día siguiente pensé en el chico, -maldita sea- dije, si yo fuera el chico les dijera a esos dos idiotas que se callaran, que estaba harto de sus pendejadas, que si se querían matar que lo hicieran ya... pero no todos somos iguales, -pobre chico-, pensé.
Pasaron varias semanas y no escuche nada como aquel día, hasta lo estaba comenzando a olvidar, cuando entonces salí a leer un libro al parque cercano y escuche a unas señoras que hablaban exaltadas, 
-pobre muchacha, es algo tan doloroso lo que le pasó-
-no se lo deseo a nadie, tan lindo el niño se parecía mucho al padre-
no sé porque pensé en aquel muchacho cabizbajo, que nunca levantaba la mirada, sentía que le tenía un aprecio como de alguien que necesitaba ayuda, me acerque a las señoras y les pregunte,
-buenas tardes, disculpe no pude evitar escuchar su conversación, paso algo?-
- si -contestaron las dos al mismo tiempo, -cuéntale tu Margareht-
- es el niño de la casa 10-G, murió en un accidente de auto con el padre, la madre esta desconsolada-
-que desgracia- respondí, -gracias, pobre familia-
camine y fui hasta la casa 10-G, nunca los había visto discutir, ese niño era alegre y jugaba todas las tardes, feliz, el padre parecía una gran persona, de esas que te caen bien a primera vista.
Regrese a mi casa y vi a mis vecinos, subiendo a su vehículo, el niño con su triste rostro hacia abajo, la madre con un rostro que mostraba cara de pocos amigos y al esposo con ojos tristes y cansados, entonces me dije  -que injusta es la vida- y me emborrache esa noche.

No hay comentarios:

Publicar un comentario