No importa, me dije un día,
el dolor siempre va a estar ahí,
ya no le temo mas,
y me deje llevar como aquel niño de doce años,
por su boca, por su mirada,
eso si, era más sabio y prudente,
pero de nada serviría,
no me importaba,
me deje llevar por el momento,
y no me importó como seria el final,
y nunca me importara,
y si me vuelve a pasar en uno años más,
disfrutare cada segundo de esa boca,
disfrutare cada segundo de ese cuerpo,
en cuestiones del amor, no pienso con la cabeza,
pienso con el corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario