Escribo esta carta cuando tengo 3 años de conocerte, de tenerte, de disfrutarte; la vida y el ser divino me han dado la oportunidad de saborear tus mejores años, y estoy agradecido, años que estarán por siempre en mi mente, y sé que tú los conservas en tu alma.
Hijo mío este día te escribo llorando de coraje, por no haberte podido dar más alegrías, porque cada lagrima que tus ojitos derraman por mis acciones me duelen en lo más profundo, yo se que no soy perfecto, que has visto cosas que nuca deberías ver, ni sentir, ni vivir, yo seguiré luchando para que solo vivas alegrías y amor, pero te advierto que la vida es dura y cuando menos te lo esperas te tira contra el piso, a tu corta edad se que te he dañado, y no puedo buscar culpables, tengo que reconocer que antes que nacieras yo sabía que vivirías estos conflictos, pero los hombres conocemos un sentimiento que nos hace pensar que algún día todo será diferente, la esperanza.
Hijo mío es mi amor tan grande que lucho a diario contra mis demonios, lucho a diario por tu felicidad, y así será mientras Dios me de vida, este día me he mentalizado a sacrificar un poco de mi alegría por la tuya, porque la alegría es para compartirla y tu comienzas una carrera que yo llevo a medias, espero que cuando leas esto, crees tu propio concepto del amor que te tengo, un amor que entenderás cuando tengas la oportunidad de vivirlo.
Eres hijo mío, un ángel que me ha ayudado a ser una mejor persona, que me ha impulsado a luchar para que me recuerdes siempre como el mejor padre que Dios te pudo dar.
Perdóname por tu sufrimiento porque en este momento soy yo el que tengo que luchar por tu felicidad, pero te recuerdo que un día tú tendrás que luchar solo y tienes que hacerlo mejor que yo.
Te amo.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario