Que día más hermoso cuando la luz de tus ojos ilumino mi vida, cuando todo lo que vendría en mi existir, lo marcaría tu sonrisa, cuando me enseñaste a ser una mejor persona.
Contigo he aprendido a humillarme, a perdonar las ofensas, a no ser egoísta, aprendí a ser dominado con un abrazo, y aprendí a luchar contra la corriente.
No hay día que una acción tuya no me haga sentir orgulloso, te veo y sufro porque no puedo darte lo mejor de la vida, para que crecieras con un amor completo, como quisiera que tu corazón no viviera tan pronto las tristezas del dolor, de la amargura, del odio y el sufrimiento.
No hay día que una acción tuya no me haga sentir orgulloso, te veo y sufro porque no puedo darte lo mejor de la vida, para que crecieras con un amor completo, como quisiera que tu corazón no viviera tan pronto las tristezas del dolor, de la amargura, del odio y el sufrimiento.
Pero es parte importante de la vida y mi lucha siempre será enseñarte que a pesar que el mundo nos golpea, la felicidad esta en el alma de cada persona, espero que tomes lo mejor de mí y que algún día todo por lo que lloro se vuelva tu felicidad.
En este escrito hay un poco de melancolía, de impotencia, pero todo lo que esté a mi alcance para hacerte feliz lo haré hijo mío, se que Dios te bendecirá, se lo pido todas las noches al acostarte, ya no pido por mí, porque a mí, ya me bendijo contigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario