Cuando la conoció, tenía un aire de intelectualidad, el al menos,
eso quería creer, con un poco de tristeza en su mirada, pero nada fuera de lo normal; con un carácter fuerte, que lo cautivo; delgada, morena, de esas mujeres que son inevitables.
Con el tiempo se fueron conociendo mejor, tanto, que ella llego a contarle cosas muy intimas de su vida, le contó de su familia, de su salud, de sus alegrías, pero lo que más lo sedujo eran sus tristezas, jamás había conocido a alguien así, era tan auto-destructiva que era capaz de llevarse de encuentro a cualquiera a su alrededor, tan toxica que cualquiera hubiera evitado su amistad, pero su curiosidad lo mataba, quería saber más de ella.
Un día ella le contó abiertamente como insultaba a sus padres y hermanos, porque así era ella, nadie valía más que ella, le dijo que si algún día se casaba, por mero placer le haría la vida imposible a su esposo, le confesó que su alegría seria verle sufrir, y el, lejos de evitar esa amistad seguía empecinado en escucharla, sus vivencias eran oscuras pero para el apasionantes.
El descubrió en ella una personalidad dura, como si careciera de alma, hablaba mal de todos a su alrededor, sus amigos, sus vecinos, su familiares, todos eran unos estúpidos imperfectos, disfrutaba esos temas; un día después de tanto escucharla, empezó a sentir una ira inexplicable, tan grande que quería desquitarse con la primera persona que se atravesara en su camino, sintió que una parte suya la estaba entendiendo.
Al día siguiente cuando la vio, surgió en el otra vez esa ira, nunca la había sentido con tal intensidad, le dijo que era una hipócrita, la insulto, la trato como porquería, le dijo las cosas más hirientes que puedan imaginar, sus lagrimas le causaban placer, le hacían sentir que estaba vengando el dolor de todas esas personas que sufrían a diario su personalidad, disfruto el momento.
Luego se fue, recapacito un largo tiempo, poco a poco fue tranquilizándose, y finalmente comprendió que todo lo que le asustaba de ella, lo que le parecía grotesco y oscuro empezaba a dominarle de igual manera, a devorarle el alma, la conciencia, finalmente decidió liberase de ese tormento.
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